lunes, febrero 12, 2007

EDUCOMUNICACIÓN ¿Qué es? ¿Por qué afrontarla? ¿Cuáles caminos abre?


El cambio de época generado por la globalización de las comunicaciones plantea a la educación nuevos desafíos, que exigen respuestas creativas, acordes a los paradigmas emergentes en el milenio apenas iniciado. El progreso tecnológico, rápido y continuo, ha producido una digitalización del planeta y una articulación en redes cada vez más extensas alrededor del mundo. Esta interactividad, fluidez, dinamicidad, interdependencia de la cultura actual crea un nuevo ser humano "electrónico", con una nueva concepción del espacio, del tiempo y de la acción.

El proceso de reflexión sobre el impacto de las comunicaciones en las personas y en la cultura ha pasado por varias etapas, dando una nueva orientación a la investigación académica y generando un nuevo campo de intervención social: la educomunicación, que pone en relación dialéctica las ciencias de la educación y las ciencias de la comunicación.

Ya en los años 70, la UNESCO había publicado un documento sobre: "La educación en materia de comunicación", donde especialistas de diversos países ponían de relieve la interacción entre estos dos campos. En el último decenio, el profesor Ismar de Oliveira Soares ha realizado numerosas investigaciones sobre la relación educación-comunicación y ha creado un verdadero movimiento en torno a esta temática, que tiene su epicentro en América Latina. El punto de partida ha sido el constatar que la comunicación es la variable determinante de la postmodernidad. Su influencia en todos los sectores de la sociedad: económico, político, cultural, de gestión administrativa... no necesita demostración. Las redes y dinámicas relacionales han provocado nuevos modos de pensar, vivir, actuar, decidir.

Entre los puntos de convergencia de las disciplinas en cuestión, Soares señala como prioritaria la necesidad de transformación y de cambio, tanto de la educación como de la comunicación, de cara a los procesos sociales en acto: la educación está llamada a revisarse en sus métodos, enfoques, preparación de agentes; la comunicación ha de recuperar los valores éticos sustentados por los educadores, sin absolutizar las reglas del mercado a las que tantas veces se ve sujeta.

El acercamiento de estos dos campos se ve estimulado también porque ambos convergen en la substitución del paradigma de la "transmisión" por el de la "mediación": no se trata de "hacer pasar un mensaje, una información, un contenido", sino de pensar en la apropiación de los conocimientos, reflexionando sobre las interpretaciones de modo relacional. Esto implica cambiar el esquema "emisor-receptor" por el de la "orquesta". La comunicación educativa, el conocimiento construido por el sujeto deriva, ante todo, de sus interacciones con otras personas, especialmente con sus propios pares, pero también con todos los demás componentes del ambiente educativo, inclusive el contexto mediático. En este sentido no existe un receptor sino un co-constructor que participa activamente, que privilegia el sentido y su elaboración, la colaboración y reciprocidad, que tiene un cúmulo de "concepciones preexistentes" tomadas también de los medios y de la navegación en Internet.

Se evidencia así la importancia de la comunicación interpersonal, raíz de todo proceso de comunicación social, un cierto dominio de las posibilidades tecnológicas, la valorización de las capacidades expresivas y artísticas y el compromiso de proyectar los propios valores en vista de la transformación del ambiente, como ejercicio responsable y crítico de la ciudadanía. De esta manera, la educomunicación propicia la creación de ecosistemas comunicativos de calidad, promueve una pedagogía de ambiente, e impulsa la formación sociopolítica, tan necesaria para la construcción de sistema mundial más justo y solidario.

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